En este
experimento se involucró a 22 niños de 11 años de edad los cuales fueron
llevados a un campamento de verano en el parque estatal ‘La cueva de los
ladrones’ en Oklahoma, sin saber que eran los sujetos de un experimento.
Antes del viaje se dividió – totalmente al azar – a los chicos en dos
grupos. Son ellos los que forman la base del estudio sobre como se forman
prejuicios y conflictos entre dos grupos de personas.
Cuando los
chicos llegaron, cada grupo fue alojado en cabinas separadas y durante la
primera semana no sabían de la existencia del otro grupo. Pasaban el tiempo
conociéndose entre ellos, prácticaban natación y senderismo. Cada grupo eligió
un nombre, unos se llamaban Eagles y los otros eran Rattlers.
Una vez que
los dos grupos estaban establecidos, el experimento se trasladó a una segunda
fase. Por primera vez se les permitió conocer al otro grupo y pronto surgieron
signos de conflicto entre ellos en forma de insultos verbales.
Sin embargo,
un poco de insultos no era suficiente. Los creadores del experimento querían
aumentar considerablemente el conflicto, para ello se enfrentó a los grupos uno contra otro en una serie de competencias.
Esto aumentó el antagonismo entre los dos grupos, especialmente una vez que
todos los resultados de los equipos se sumaron y los Rattles ganaron un
trofeo por las actividades realizadas. No se permitió que los Eagles lo
olvidaran.
Los Rattles
reclamaron el campo de juegos colocando su bandera en él. Más tarde, cada grupo
comenzó a insultar y entonar canciones despectivas hacia el grupo contrario.
Pasado poco tiempo, los dos grupos se niegan a comer en la misma habitación.
Una vez que
se ha instigado a los conlictos entre los grupos de manera exitosa se procede a
la fase final del experimento. ¿Podrían
los creadores del experimento inducir ahora a los dos grupos a hacer las paces?
En primer lugar intentaron organizar algunas actividades en las que los dos
grupos se reunieran, tales como ver televisión o lanzar petardos, pero ninguna
funcionó.
Entonces se intentó con un nuevo
enfoque. Llevaron a los dos grupos a una nueva ubicación y se les dió una serie
de problemas para resolver. En el primer problema se les dijó a los chicos que
el suministro de agua potable había sido atacado por vándalos. Después de que
los dos grupos habían trabajado juntos con éxito para desbloquear un grifo, las
primeras semillas de la paz se sembraron.
En el segundo
problema los dos grupos tuvieron que unirse para pagar por la película que
quería ver. Ambos grupos coincidieron en que película deberían ver. Por la
tarde los miembros de ambos grupos volvieron a comer juntos.
Los dos grupos
se encontraron ‘accidentalmente’ con más problemas en los próximos días.
La clave era que los chicos se encontraban con tareas que tenían un interés
común en lograr. Al final los dos grupos decidieron viajar en el mismo autobus
de regreso a casa. Se habían hecho las
paces.
Sherif llegó
a una conclusión importante a partir de este estudio y otros trabajos similares
realizados entre las décadas de 1940 y 1950. Sostuvo que los grupos desarrollan
de forma natural sus propias culturas, estructuras de estado y fronteras.
Piensa en cada uno de estos grupos de muchachos como un país en el microcosmos.
Cada país tiene su propia cultura, su gobierno, sistema legal y traza fronteras
para diferenciarse de los países vecinos. A partir de estas estructuras internas,
se crean las raíces del conflicto entre los países.
Una de las razones por las que el
estudio de Sherif es tan famoso es porque parece mostrar como dos grupos se
pueden reconciliar y como la paz puede florecer. La clave fue enfocarse en
metas de orden superior, aquellas que se extendían más allá de los límites del
grupo. Al parecer eso fue lo que unió a los Rattlers y a los Eagles.
El
experimento de la cueva de los ladrones llevado a cabo por Muzafer y Carolyn Sherif un estudio clásico sobre prejuicios y conflictos.
Los niveles desiguales de poder
entre los grupos cambian fundamentalmente la dinámica entre ellos. Ya sea que
se trate de países, empresas o familias, si un grupo tiene más poder de repente
se sientan las bases para las competencias orquestadas y la cooperación, por no
mencionar la manipulación. Manipular otros grupos es, sin embargo, un juego
peligroso y los grupos débiles no
siempre juegan bajo las reglas que se les han impuesto.
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